jueves, 24 de abril de 2014

Análisis de personajes (Juan Camilo Aristizábal)

El vuelco del cangrejo es una película que relata la historia típica de un viaje repentino sin mucha planeación. En este tipo de vivencias siempre se encuentra un protagonista con un objetivo, alguien que le extiende la mano para ayudarle en la consecución de su meta y el antagonista con su grupo de subordinados o aliados.

Se analizará a los cuatro personajes que tuvieron mayor incidencia en el desarrollo de la película. Empezaremos por Daniel, el protagonista. Un hombre delgado, de cabeza rapada, de caminar lento y observador permanente del entorno que lo rodea. Se caracteriza por ser de pocas palabras y desconfiado de la gente al ser un foráneo que llegó a La Barra, su objetivo es salir de allí lo antes posible y, para ello, emprende una constante búsqueda de una lancha que pueda sacarlo. Sin embargo, es un hombre impulsivo, curioso, negociante y de ambiente. Se deja llevar por el momento. Las apariencias engañan.





Conoce a Lucía, su aliada, con ella entabla una relación cercana y evidentemente al borde de la pedofilia. Ella es una niña que reside en La Barra, inocente pero ligeramente madura,  se convierte en esa persona de confianza y desahogo para Daniel, en su mano derecha y aquella que le brindo más apoyo del que él pudo imaginar al ayudarle en su ardua búsqueda de la lancha que lo sacara del sitio. Lucía, además de ser  su compañía permanente, es quien le enseña los secretos y lugares más recónditos del Pacífico colombiano haciendo las veces de una pequeña “guía”.



Al llegar a La Barra, Daniel conoce a “Cerebro”, líder de los nativos del lugar y dueño del hotel en el que se hospeda el viajero.


Es un hombre veterano, frentero, directo, territorial, agresivo, radical en sus decisiones, incrédulo y convencido de sí mismo. Mantiene un constante enfrentamiento con “el Paisa”, otro habitante de La Barra. 



Rubio, corpulento, tramador, vivo, rebuscador, influenciador y seguro. Tiene una lancha a motor (en la que escapa Daniel) y en ella sale a pescar furtivamente a sabiendas de que en el pueblo hay una escasez crónica de pescado.
En su mente está construir el “Hotel Paraíso”, con piscina, pista de baile y todo lo que un buen hotel debe tener. Cada mañana pone a traquear sus bafles al ritmo de “La quemona” a un volumen estruendoso que acaba con la tranquilidad del lugar que poco a poco busca apoderarse por completo.
Su individualidad y el creerse superior a los otros habitantes choca con los planes e ideales de los mismos.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario